Reportaje Heroínas del Listón Rosa 3/3
Santo Domingo. – Fue en marzo del 2017 cuando Rosanna Rodríguez, de 51 años, recibió el resultado médico que confirmaba la sospecha de su oncóloga, tenía cáncer de seno en la mama derecha, diagnóstico que, según cuenta, cambió para siempre su forma de ver la vida.
Revela que no sentía ningún síntoma cuando llegó al Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (INCART), pero a través de un sueño, su madre le insistía en que debía chequearse.
“Mi vecina se soñó que mi madre, quien falleció hace varios años, me decía que fuera al médico pronto porque yo estaba muy enferma y tenían que atenderme, fue entonces cuando acudí a este hospital y luego de varios estudios fui diagnosticada con cáncer”.
«Hay que tener mucha fuerza de voluntad para superar una enfermedad como el cáncer»
Explica que al principio la noticia fue devastadora, tanto para ella, como para su hijo y toda la familia, pero la asumió con actitud positiva. Poco a poco el cáncer le fue dando una lección de vida y le enseñó a ser una mujer más fuerte, a pesar de ser un proceso muy duro y desgastante.
“Hay que tener mucha fuerza de voluntad para superar una enfermedad como el cáncer porque cuando se recibe un diagnóstico de esta magnitud uno se derrumba, pero hay que tratar de mantener buena actitud en medio de la adversidad para poder salir adelante y vencerlo”.
Inicialmente, Rosanna acudía a sus quimioterapias todas las semanas y luego cada 21 días, proceso que describió como difícil y tortuoso, pero que, sin lugar a duda, le enseñó a ver la vida desde otra perspectiva y dejar en un segundo plano los cambios físicos.
“Me dieron 16 quimioterapias y 28 radioterapias, me daba náuseas, mareos, se me calló todo el pelo, las cejas y las pestañas, una vez hasta que se me pelaron los labios de lo fuerte que fue la quimio, pero siempre asumí esta enfermedad con actitud positiva y con mucha fe en Dios, creo que por eso todo salía bien”.
Esta heroína del listón rosa dice sentirse muy agradecida con el personal médico del INCART, donde recibió buenas atenciones clínicas y psicológicas.
“Dios puso en mi camino el mejor lugar, porque aquí me trataron bien, pude hacerme todos mis estudios y análisis sin tener que trasladarme a otro centro, estoy muy agradecida de este hospital”.
Rosanna acude cada tres meses a su chequeo médico rutinario y dos veces al año se realiza los estudios correspondientes para descartar la presencia del cáncer. “Me hice mis estudios en febrero y arrojaron negativo, ahora me tocar realizármelos en noviembre, estoy positiva y con fe en Dios que todo seguirá marchando bien”.
Exhorta a todas las mujeres acudir a chequeos rutinarios y realizarse sus sonomamografias y mamografías, para poder lograr un diagnóstico temprano de esta enfermedad.
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