Santo Domingo. – El deterioro de la visión tiene un impacto negativo en las personas, las familias y el Estado, afecta gravemente la calidad de vida de niños y adultos.
Cuando surge en edad temprana, supone un retraso en el desarrollo motor, lingüístico, emocional, social y cognitivo de los infantes, mientras que en edad escolar, provoca bajo rendimiento académico.
Asimismo, contribuye a una baja en la tasa de participación de los adultos en el mercado laboral y la productividad, provocando a su vez un índice más alto de depresión y ansiedad en el referido grupo poblacional.
En el caso de los adultos mayores, puede contribuir al aislamiento social, provoca dificultad para caminar, aumenta el riesgo de caídas y fracturas, además de la probabilidad de ingreso temprano en residencias de ancianos.
En sentido general, los costos anuales debido a la pérdida de productividad asociada a deficiencias visuales, representan una enorme carga económica mundial.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), en el mundo existen al menos 2,200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante y casi la mitad de esos casos pudieron haberse evitado.
Causas y factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo y causas de las afecciones oculares se encuentra el envejecimiento, la genética, determinados estilos de vida y comportamientos, las infecciones y diversos problemas de salud.
Las afecciones más comunes que pueden causar deficiencia visual o incluso ceguera son la degeneración macular senil, cataratas, opacidad corneal, retinopatía diabética, glaucoma, error de refracción y tracoma.
Igualmente, el tabaquismo, la mal nutrición, ocupaciones y actividades recreativas como la agricultura, minería y deportes de contacto están asociadas a un mayor riesgo de lesiones oculares.
Prevención
A propósito de conmemorarse este 14 de octubre el Día Mundial de la Visón, te compartimos algunos consejos para cuidar tu salud visual y la de tu familia:
• Acudir al oftalmólogo al menos una vez al año.
• Usar gotas lubricantes y lentes correctivos indicados por un especialista.
• Mantener los libros o dispositivos electrónicos a una distancia de 50 centímetros.
• Ajustar los dispositivos a un brillo confortable.
• Descansar la vista, fijarse pausas de entre 10 a 15 minutos por cada una hora de exposición a la pantalla.
• Llevar dieta con alto contenido en vitaminas y minerales.
• Mantenerse hidratado.
• Proteger los ojos del sol en cualquier época del año.
• Evitar factores externos agresivos.
• Evitar el tabaco.