Santo Domingo. – La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define sustancias psicoactivas como compuestos químicos, naturales o sintéticos que alteran el sistema nervioso central, afectando las emociones, pensamientos y conducta.
A pesar de que el uso de estas sustancias está regulado, como es en el caso del alcohol, tabaco y tranquilizantes, existen otras, cuyo uso es ilícito o controlado. Estas pueden desarrollar afecciones nocivas para la salud, producto del estado de intoxicación que favorece al desarrollo de afecciones a diversos órganos.
Asimismo, potencializan la aparición de trastornos por dependencia a causa del consumo prolongado y pueden impactar el desempeño laboral, académico y la interacción familiar.
Las estadísticas actuales presentadas por la OPS estiman que al menos 4.4 millones de hombres y 1.2 millones de mujeres, en América Latina y el Caribe padecen trastornos generados por el uso de drogas en algún momento de su vida.
El consumo de drogas puede generar un impacto negativo en la salud mental, con frecuencia, su uso coexiste con enfermedades mentales. En algunos casos, los padecimientos, como ansiedad, esquizofrenia y depresión, pueden preceder el inicio de consumo crónico de sustancias psicoactivas. En otros, el uso puede desencadenar enfermedades mentales, predominando en aquellos que presentan vulnerabilidades de tipo genético, familiar o de ambiente ante la condición.
El consumo de sustancias psicoactivas en muchas ocasiones funge como mecanismo de escape ante los estresores psicosociales o sintomatologías psiquiátricas, sin embargo, en vez de aliviar el malestar, suele exacerbarlo y genera la posibilidad de desarrollar una adicción.
Hoy día, ante la pandemia generada por el COVID-19, se han experimentado altos niveles de incertidumbre a nivel mundial. La República Dominicana es el séptimo país de América con mayor consumo de alcohol, reconociendo que el consumo de dicha sustancia puede ser un estilo de afrontamiento ante el malestar emocional, resulta preocupante las consecuencias de salud física y mental que pueda generar.
Entre los efectos adversos en lo que respecta a la salud mental, pueden evidenciarse síntomas de estrés, ansiedad y psicóticos, alteraciones del estado de ánimo y trastornos de sueño, entre otros.
La recuperación exitosa de una condición por uso de sustancias se ve altamente relacionada con la intervención temprana de psiquiatría, en conjunto con psicología. Si conoces a alguien que actualmente está viviendo algo similar a lo descrito en este artículo, es importante que lo guíes para buscar ayuda profesional en salud mental.
Por Karen Valenzuela
Psicóloga Clínica y de la Salud
Departamento de Salud Mental SNS