Por: Taina Maleta, neonatologa
Este Sábado Santo, un día después de conmemorar la pasión y muerte de Jesús, y sentir su dolor reflejado en el rostro de María, su madre, siento en mi corazón la necesidad de escribir estas palabras:
Ayer, muchos recién nacidos en el mundo murieron, mañana otros muchos nacerán.
Isaías 65:20 «Los bebés ya no morirán a los pocos días de nacer…..» haciendo referencia a una vida plena y eterna en el reino de Dios.
Analiza Jeremías 1:5 «Antes de que te formaras en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado…» No son simples coincidencias, ninguno de nosotros es digno para compararse con Jesús, pero está claro que así como eligió a su hijo amado, desde antes de nacer, Dios nos había escogido y puso en nosotros discernimiento y espíritu de sabiduría.
Como personal de salud, que atiende recién nacidos enfermos, somos privilegiados de poder ayudar cada día a un bebé a sobrevivir.
Hoy reflexionemos cuánto más podemos hacer por cada familia que tiene su bebé en la UCIN con riesgo de morir, una palabra cálida, un abrazo, acompañar en silencio, permitirles estar con su bebé, compartir cada momento, aprender. Acompañar.
Dios nos bendijo al elegirnos, y no hay palabras para expresar gratitud por ello. Hoy agradecemos al padre este privilegio, pedimos humildad y templanza para dar cada día con el corazón puesto en Jesús.
Gracias señor Jesús.
Dios nos bendiga y bendiga a cada bebé y a cada familia que ha perdido o que recibirá un nuevo bebé.