El lavado frecuente de las manos con agua y jabón es una práctica esencial para salvaguardar nuestras vidas y proteger a nuestros seres queridos de enfermedades respiratorias (como influenza y COVID-19) y diarreicas, entre otras.
Los virus respiratorios pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra por vía de las manos, cuando la mucosidad o las gotas que contienen el virus entran en el cuerpo a través de los ojos, la nariz o la boca.
Lavarse las manos es una forma sencilla y económica de prevenir la propagación de enfermedades. Pero no basta con usar agua y frotar para eliminar rastros de virus, la Organización Mundial de la Salud recomienda dedicar entre 20 y 30 segundos al proceso, siguiendo estos pasos:
• Mojarse las manos con agua corriente limpia.
• Aplicar una cantidad suficiente de jabón en la palma para cubrir todas las partes de las manos.
• Frotar por toda la superficie de las manos (las palmas, el dorso, el espacio entre los dedos, las puntas de los dedos y debajo de las uñas).
• Enjuagar bien con agua corriente limpia.
• Secarse con un paño limpio o una toalla de un solo uso. * * Usar la toalla desechable para cerrar la llave.
¿Cuándo lavarse las manos?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) identifican momentos claves en los cuales debemos lavarnos las manos para mantenernos sanos.
• Después de sacudirse la nariz, toser o estornudar.
• Antes, durante y después de preparar alimentos.
• Antes y después de comer.
• Luego de ir al baño.
• Tras estar en contacto con basura.
• Posterior a tocar a un animal, alimento o excrementos de animales.
• Después de cambiar el pañal a un bebé o de ayudar a un niño a usar el baño.
• Antes y después de cuidar a alguien que tenga vómitos o diarrea.
• Antes y después de tratar una cortadura o una herida.
• Siempre que se tenga las manos visiblemente sucias.
En el contexto del COVID-19, es importante lavarse las manos después de estar en un lugar público y tocar artículos o superficies con los que otras personas podrían estar en contacto frecuentemente, como las manijas de las puertas, mesas, surtidores de gasolina, carritos para las compras y pantallas o cajas registradoras electrónicas, entre otros.
Uso de desinfectante
CDC recomienda, en caso de no tener jabón y agua corriente, usar un desinfectante para manos que contenga al menos un 60 por ciento de alcohol.
El organismo internacional aclara que los desinfectantes pueden reducir rápidamente la cantidad de microbios en las manos en muchas situaciones, pero no eliminan todos los tipos de microbios. Además, pueden no tener la misma eficacia cuando las manos están visiblemente sucias o grasosas y es posible que no eliminen las sustancias químicas perjudiciales, como los pesticidas y metales pesados.
Debido a lo anterior, recomiendan lavarse las manos inmediatamente se consiga acceso a agua y jabón, mientras tanto, es importante evitar el contacto con otras personas y superficies.
La forma correcta de usar el desinfectante es aplicar en la palma de una mano (leer previamente la etiqueta para asegurarse que contiene la cantidad correcta de alcohol), frotarse el gel sobre toda la superficie de las manos y los dedos hasta que estén secas. Esto debería tomar unos 20 segundos.