Por: Carmen Esther Veloz Comas
Psicóloga Clínica
Supervisora Nacional de Salud Mental del SNS
Santo Domingo.- La terapia psicológica es un proceso con efectividad garantizada que puede ayudarnos de forma significativa a mejorar nuestra calidad de vida, prestar atención a nuestra salud mental es un acto de responsabilidad y amor propio, es estar comprometidos con nuestro bienestar. Ir a terapia es entrenarnos para vivir mejor.
La terapia psicológica, también conocida como psicoterapia, es un conjunto de técnicas y procesos llevados a cabo por un terapeuta profesional haciendo uso de la dialéctica (conversación, dialogo o discurso) y cuyo objetivo central es mejorar la calidad de vida del paciente mediante la modificación de sus pensamientos, conductas y actitudes.
A pesar de los grandes avances científicos y de la evidencia de su eficacia en aspectos cotidianos del ser humano, históricamente buscar ayuda profesional por temas relacionados a la salud mental ha sido un blanco de diversos estigmas y tabúes, siendo visto como una señal de debilidad, incapacidad o desequilibrio mental.
Afortunadamente, en esta última década se ha observado una mejor aceptación social ante esta práctica, la cantidad de personas que acuden a los distintos centros de salud buscando recibir ayuda ante necesidades relacionadas a sus emociones y comportamientos ha aumentado, sin embargo, aún se observan grandes necesidades en materia de salud mental y las estadísticas siguen indicando déficits significativos.
Conocer en qué consiste el proceso terapéutico y sus consecuentes resultados puede contribuir con esta elección, veamos cuáles son algunos de los beneficios de los que puede disfrutar una persona al recibir terapia psicológica.
1. Entender el comportamiento propio y el de los demás:
El proceso de terapia inicia con el autoconocimiento (autoanálisis y autovaloración). El profesional guía al paciente en la identificación de sus propios pensamientos, limitaciones, debilidades y fortalezas, pues es el conocimiento de la propia conducta lo que garantiza el cambio de esta. Una vez logramos reconocer nuestras propias motivaciones y actitudes, podemos entender mejor la manera de responder y comportarse de los demás, mejorando así nuestra capacidad de aceptación y empatía.
2. Mejorar nuestra salud física:
Todas las enfermedades tienen un componente mental, dado que el cerebro es el órgano regulador de todos los procesos que se dan en el resto del cuerpo. Por otra parte, nuestro cuerpo responde a través de síntomas físicos a las afecciones emocionales; la mayoría de nosotros hemos experimentado consecuencias físicas de los altos niveles de estrés o ansiedad. Sin duda alguna, desarrollar hábitos sanos y aprender a gestionar nuestras emociones constituye un factor importante en la mejora de nuestra salud general.
3. Mejorar nuestras relaciones interpersonales:
Como somos seres sociales las relaciones interpersonales representan un pilar importante para nuestro bienestar. En el proceso de terapia aprendemos técnicas de regulación emocional, esto consiste en aprender a expresar nuestras emociones de la forma más optima posible ante las distintas situaciones tanto cotidianas como inesperadas. El desarrollo de estas capacidades contribuye con el establecimiento de relaciones saludables, debido a que esto trae consigo nuevas y mejores habilidades de comunicación, de resolución de conflictos y de expresión emocional.
4. Una perspectiva distinta de nuestros problemas:
El profesional de la conducta tiene dentro de sus objetivos ayudarnos a percibir los conflictos de manera distinta y trabajar en la forma en la que reaccionamos ante ellos. Una estrategia utilizada es la identificación y modificación de las creencias irracionales que interfieren en la forma en la que percibimos lo que pasa fuera y dentro de nosotros, superando así muchas de nuestras limitaciones y prejuicios. Adentrarnos en el viaje del autoconocimiento y la introspección nos brinda una nueva forma de ver el mundo, encontrando nuevas opciones para solucionar nuestros problemas.
5. Confidencialidad:
La psicoterapia nos ofrece un espacio abierto donde podemos hablar de lo que nos aqueja en un ambiente caracterizado por la confidencialidad. El profesional de la psicología se rige por aspectos éticos, morales y legales que garantizan la protección de la información y los derechos del paciente, esto significa que existen leyes que responsabilizan al terapeuta y que este también se encuentra ética y moralmente comprometido con el correcto desarrollo de su práctica profesional.
Finalmente, es importante destacar que el éxito del proceso terapéutico no recae solamente sobre el profesional que lo guía, sino que existe una responsabilidad compartida entre ambas partes. El logro de los objetivos terapéuticos va a depender de las técnicas y estrategias empleadas por el psicólogo y del nivel de compromiso que manifieste el paciente en cada etapa del proceso.