Muchas personas tienen la interrogante de porqué, pese a estar vacunados, hay quienes adquieren la infección de COVID-19, que algunos casos pueden ser grave y en otros fatal. Esta es una de las preocupaciones que tiene la población sobre esta enfermedad.
Lo primero que tenemos que decir en de este tema es que, la perfección no existe en el mundo real, nada es perfecto en la vida, todo lo que existe en la naturaleza es limitado. Solo en las matemáticas las cosas son exactas.
Partiendo de ese postulado, vemos que las investigaciones científicas han mostrado que ningunas de las vacunas contra la Covid-19 fabricadas hasta el momento, producen un 100 por ciento de inmunidad. Los estudios de fase III de estas vacunas han reportado entre un 50 y un 95 por ciento de eficacia. Sin embargo, ha generado mucha preocupación en el mundo la aparición de casos en que las personas se enferman a pesar de haberse vacunado.
Para asimilar esto, es necesario que se entienda que la vacunación no es sinónimo de inmunización, la vacunación es una técnica médica, mediante la cual se introduce un antígeno al organismo con la intensión de producir inmunidad, pero esa importante herramienta no siempre es efectiva y a veces puede fallar, como se ha comprobado en los estudios realizado para medir la eficacia de las vacunas contra el virus SARS-CoV-2 en la población.
No todo el que se vacuna desarrolla inmunidad, esto puede pasar cuando la respuesta inmunitaria no es efectiva, razón por la que no se producen anticuerpos o la producción no es suficiente para alcanzar los niveles neutralizantes mínimos que le permitan destruir al virus invasor, por esto, esas personas continúan siendo susceptibles.
Todos los individuos que a pesar de vacunarse se mantienen susceptibles, tienen el riesgo de padecer la infección. Esto debe quedar claro, para que después no se aleguen razones para tener una postura antivacunas.
Las vacunas, por más que se diga, siempre serán mejores que la enfermedad, porque pueden evitar infecciones mortales, que sin su existencia sería imposible lograrlo.
Por: Clemente Terrero, pediatra infectologo / Director del Hospital Infantil Robert Reid Cabral