Santo Domingo. En el hospital doctor Marcelino Vélez Santana se ha evitado la amputación a 6,400 pacientes entre el período marzo 2020 – marzo 2021, informó Víctor Cabrera, cirujano general, coordinador de la Unidad de Heridas, Pie diabético y Ostomías del centro de salud.
Asimismo, Cabrera, detalló que la unidad está diseñada para prevenir el índice de amputación por pie diabético en el país.
Pese al hospital atender solo a pacientes con COVID-19 desde el inicio de la pandemia, la unidad ha seguido brindando servicios a la población general, atendiendo entre 50 y 60 pacientes por día.
La patología de pie diabético no es más que una complicación de la diabetes. ¨Es una condición seria, que tiene su gravedad y que la única manera de evitarla es tener un buen equilibrio nutricional y llevar sus medicamentos estrictamente como se lo indica el médico de base, que le trata su patología metabólica, que es la diabetes¨, explicó Cabrera.
El doctor Cabrera manifestó que la población de diabéticos en el país sobrepasa el 20% en sentido general, por lo que esta complicación ha ido aumentando en sentido agresivo en los últimos cinco años.
Asimismo, aseguró que más del 70% de los pacientes que ingresan a la unidad, llegan referidos, en busca de un tratamiento diferente a la amputación.
El especialista manifestó que el índice de amputación en el hospital es bajo; que en los meses marzo 2020 – marzo 2021 solo se han visto en la necesidad de amputar miembros a nueve pacientes, seis de los cuales llegaron referidos desde el interior del país.
“Tenemos un personal con servicio vocacional, con convicción y entregado a la causa de prevenir la amputación”, concluyó.
El galeno pidió a las autoridades hacerle caso a esta patología, ya que las amputaciones se están realizando a pacientes productivos, entre los 45 y 60 años.
Manifestó que cuando a un paciente con pie diabético se le amputa una pierna, en menos de tres años hay que amputarle la pierna contralateral, y en menos de cinco años ese paciente puede morir, por lo que hay que hacer conciencia de que es una patología seria, mutilante, mortal y depresiva, que arrastra todo un componente social.